¡¡Buenos días!!
un viernes más y un viernes menos pues hoy acaban los retos de esta temporada de 3flowers retos de tarjetas. Se me ha pasado volando y la verdad es que los retos de este año han sido la bomba.
Siempre lo digo pero es que pasa el tiempo y lo siento igual o incluso con más fuerza: creo que los retos te animan a superarte, a probar cosas nuevas, a aprender, a retarte, a hacer tarjetas que no habías soñado... En fin... es que me encantan los retos.
Pero vamos a lo que vamos, porque sin duda, éste es mi reto favorito de toda la temporada. Me ha sacado la vena más nostálgica y aunque el resultado de mi tarjeta no se corresponde al subidón que me dio el saber lo que íbamos a hacer, he disfrutado mucho estos días.
¿Os acordáis cuando íbais de viaje y le decíais a vuestros amigos: te mandaré una postal? Y además, lo hacíais... Wow!! Gracias al reto he pensado en mi relación con las postales, sí, las de toda la vida, porque de eso se trata: de hacer una POSTAL.
Cuando estaba en el instituto me hice socia de un club de penfriends, es decir, amigos por carta.
No sé cuántas cartas habré escrito y recibido en mi vida. Miles, sin duda, pues tuve decenas de penfriends repartidos por todo el mundo.
Era tradición hacer intercambio de postales entre otras muchas cosas como pegatinas, penfriends books, etc. Y claro, estos días me he dado cuenta de que el snail mail tan de moda se parece bastante a aquello, pero con los medios que teníamos de adolescentes.
En fin, que tengo muchas postales de aquellos años. Unas veces mandabas postales sin escribir para intercambiar y otras veces escritas. También tengo postales de mis viajes e incluso de mi ciudad. Vamos, que me encantan. Tiempo después, volví a tener una relación con las postales porque mi padre se hizo radio aficionado. Pero de esos que tienen antenas gigantes y se conectaban con gente de la otra punta del mundo. Era tradición que cuando hacías un contacto muy lejano, pedías las coordenadas y le enviabas una postal y esa persona a ti confirmando que habías llegado a hablar con alguien a tan larga distancia. Claro, cuando las antenas fueron más grandes empezó a hacer falta alguien que hablara inglés para entender algo pues el de mi padre era súper chapucero jajaja así que ahí entro yo otra vez y mi amor por las postales. De esas, también he visto estos días unas cuantas.
¡¡¡Ay, Andrea, qué ilusión me ha hecho este reto!!!
Y sí, aquí va mi interpretación del mismo... o debería decir, mi segunda interpretación pues me cargué la primera que era la que más me gustaba pero no tenía tiempo de volver a hacerla.
Entre esa montaña de postales, está la mía y mis bonitos recuerdos de París.
Mi intención desde que Andrea nos cantó el reto fue ser fiel al formato postal y no poner nada de volumen y además, trabajar en una sola cartulina por ambas caras.
Elegí una cartulina de alto gramaje que a veces suelo utilizar y no se traspasa nada el color, pero en este caso, hice primero la parte de atrás y cuando estaba a medias con la parte frontal, terminado mi enmascarado y mi color casi... la levanto, me da la luz y veo que se transparenta enterita la parte de atrás... ups... iba a ser imposible arreglar eso a menos que la repitiera pero no me quedaba tiempo así que cambié de plan y salió esta tarjeta. No me disgusta pero me gustaba más la primera versión jeje
En esta ocasión he utilizado papel de acuarela de 240 grs. En la parte de atrás tinta gris Versafine y en la parte frontal Memento roja y Versafine negra. Y sí... lo admito... otra vez Wink of Stella transparente en los bigotes y los corazones. La base de la torre la he sombreado con lápiz y no me disgusta así que creo que es algo que repetiré.
Los sellos de París son de Newtons Nook Designs y la palabra la he formado con el alfabeto de La vida en Scrap que tanto me gusta.
Para la parte de detrás he utilizado sellos de un set que me regaló hace poco mi amiga Ro y me chifla de Create Smile Stamps.
Creo que es un reto increíble para terminar la temporada. Y me pregunto: ¿a vosotras os gustaba enviar y recibir postales?